Hola, comparto con uds aquì un viaje realizado en enero de 2013, desde La Plata hasta Villa la Angostura, siguiendo a San Martin de los Andes (con varias excursiones), despues volviendo a bajar a Villa Mascardi (la excursiòn cl*sica), y de allì de nuevo a nuestro hogar. En el medio, varias impresiones vivencias y emociones.
Introducciòn. Hace tiempo, los relatos de mochilero de un amigo encendieron los deseos de aventurarme hacia otros lugares desconocidos. Hasta el momento me conformaba con la idea de volver a destinos ya visitados como Còrdoba o Mendoza. Pero el ènfasis acerca de ese mentado paraìso acelerò la puesta en marcha hacia la Patagonia, una quimera històricamente a conquistar. En estreno a la actividad de acampantes aprovechamos los favores del verano (hablo de mi familia nueva: mi compañera, nuestra primer niñita a los tres años y yo), en la que cosechamos experiencias inolvidables, fraguadas en gran cantidad de fotos que atesoramos cuando no era de alcance masivo la fotografìa digital. A aquellas vivencias se sumaron las de tres veces posteriores sin contar la ùltima, en la que detengo la atenciòn como coronamiento a lo que fue una revoluciòn.
M*s de una dècada despuès preparamos todo para viajar el verano de 2011, nos equipamos bien para que no nos faltara nada, ahora con mayor experiencia en el campismo (sobre todo añoraba la modalidad libre). Si bien la familia habìa crecido bastante, habìa llegado al punto de creerme con energìa para comandar al grupo y contenerlo en abstinencia de la rutina; me trajo a la razòn mi compañera sobre otras necesidades que tendrìamos, que todo no podìa ser ni libre ni agreste. Bien comprendido lo negociamos: harìamos lo que ella quisiera. Por causa fortuita de averìa del transporte el plan dio por tierra, debièndolo dejar en espera: otro intermedio para realizar nuestro esperado viaje al sur.
Pasò mucho agua debajo del puente, desde cuando èramos m*s libres de movernos, con menos equipo, menos pasajeros que controlar, menor presupuesto…asì nuestro kilometraje casi no tenìa lìmite. Una serie de sucesos nos bajò por un tiempo los decibeles en la prioridad de viajar…es que la atenciòn se centraba entre otras cosas en la obtenciòn de un transporte acorde a la crecida familia (aumentada silenciosamente durante el trajìn). Muchas cuestiones de la vida de por medio nos debilitaron al principio pero al superarlas hicieron fortalecer y complejamente retomar nuestra saga de viajeros acampantes, y con ello la vuelta deseada. El intermedio fue tan bien aprovechado que tambièn quedò calcado en anècdotas y fotos al por mayor.
Antes del desencanto del transporte que se averiò en la vìspera, fue que creì estar maduro para volver al ruedo, volver a la actividad del c*mping en el ambiente extrañado. Una gran frustraciòn que calladamente trabajè para revertir, esta vez el desafìo tomaba mayor fuerza, era como una revancha. Graciosamente ahora en carrera, seguìa respetando aquel viaje con la fortaleza que exije, e intentè evadirlo tratando de escapar el verano de 2013 a un destino cercanamente amigable y ya conocido: Luyaba (Còrdoba). Pero incidiò con determinaciòn mi señora para hacerme reaccionar que era el momento justo, que para eso habìamos esperado tanto y todo lo dem*s, encima demorado con la yapa de dos años extra. Convencido de no huir del destino, nos preparamos para esta vez volver sobre algunos de nuestros pasos en tierras patagònicas.
Prometo fotos, saludos.............Oskar