Hola acampantes. Comparto un viaje que realizamos desde el 16 al 21 de Julio, en la 1º semana de vacaciones de los chicos en la escuela, que hace rato tenìa ganas.
De fiaca el texto es la copia de un correo electrònico que le enviè a mi hermana que vive en Còrdoba. Les pido disculpas si pongo algo pesada la descarga por las fotos, pero crèanme que las seleccionè y con menos no puedo ilustrar el relato, por lo menos en esta primera entrada. Luego les mando datos de estadìas, precios de entradas, etc. Aquì va
Patagonia Rebelde
Hola Mona! Te cuento que en el viaje nos fue re bien gracias a Dios. Como siempre de pedo hicimos las cosas. El mismo dìa que llegamos fuimos a verlas desde la playa y estuvieron payasas como siempre (los chicos maravillados).
Al otro dìa lloviò y fuimos a Trelew a un par de museos, entre ellos el Egidio Feruglio donde tienen siempre el dinosaurio de ùltima moda.
El jueves amaneciò soleado con unos -2º con helada y por los caminos de ripio se helò todo el barro que se hizo. Arrancamos lo m*s temprano (antes de las 9 es m*s que cruel levantarse) todo por asfalto a Pir*mides con la idea de embarcarnos...oh sorpresa, en la entrada de la penìnsula nos informaron que el puerto estaba cerrado por mucho viento para la navegaciòn (parecìa la joda que nos hizo el tipo la vez que fuimos sobre el avistaje desde tierra),
pero que usualmente a las 13 hs hay una bajamar y cambia el viento, que probablemente prefectura habilitarìa como sucedìa casi todos los dìas; se me cruzò por la mente pegar la vuelta para probar mejor clima otro de los dìas, pero me la iluminaron (o soy testarudo cuando oigo la palabra "no") y de cabeza de gato nom*s nos mandamos igual. Cuando fui a anotarnos en la "lista de buena fe" (porque se paga al zarpar te acord*s) al declarar a mis marineros, el secretario en tierra me hizo bajonear inform*ndome que si se abrìa el puerto tal vez no iba a ser conveniente para la Pepito porque el mar no es que estaba planchado, sino que tal vez fuese dificultoso para ella ver algo. Otra vez la actitud de "no" hizo que luego pasara lo contrario que el tipo se habìa imaginado (me preguntò "¿alguno se queda en tierra?" "SUBIMOS TODOS O NO SUBE NINGUNO", le respondì) no me advirtiò sobre peligros, solo me dio su opiniòn y entonces nos anotamos todos porque nunca se me cruzò por la mente que alguno no se embarque.
Las 13 y nada, a las 14 nada tampoco, entonces almorzamos porque sino me comìan a mì. Cuando llegò un personaje y se sentò en una mesa cerca de la nuestra a tomar una Coca y charlar con el secretario en tierra, se corriò la bola que a las 15 zarp*bamos (intuì que el m*s còmodamente vestido era el mas trabajador que sostenìa toda la estructura que se arma allì para los turistas).
El cuento es èste: ¿a que no sabès quièn era el chofer del barco? (atenta imaginaciòn o archivo deMona); era el mismo hombre de la vez pasada, un poco mas entrado en años (como nosotros), el de la gorra de lana con una pluma cruzada. La tripulaciòn era de tres super amables con nosotros, el que manejaba el tractor que nos mete al mar llevò a la Pepe en la silla hasta el barco peludeando por la arena, los otros dos uno arriba y otro abajo subieron la silla, ella a upa mìo subimos por la tabla por popa. Me dijeron:"no te preocupes por nada m*s que en hacerla ver a ella, relajate" (despues me dijo Kari que yo estaba re rabioso de los nervios porque un par de veces me dijeron que me tranquilice, pero para mi yo estaba bien). Despuès de como me pintaron la navegaciòn y tanta disuaciòn que yo creìa, no era para menos que la responsabilidad me pesara con tanto chango. La navegaciòn fue complicada por el mar picado, con 16 nudos de viento cierran el puerto, est*bamos en 13 nudos. Me preguntaba si habrìa hecho cagada por contumaz, ante tanto movimiento del mar, pero no me animaba a responderme; hasta que un tripulante me vio con la Pepe a upa y me dijo: "vengan al puente que hay lugar para que estèn còmodos, sino te vas a acalambrar". Estuvo de primera, ahì recièn estuve tranquilo, porque estaba bailando de ac* para all* y con sobrepeso (encima vos sabès que es propensa a las fracturas). Para esto Lechòn estaba creìdo que era Leonardo di Caprio, la Rata la Mimu y Karina subiendo y bajando con los embates marinos. Todos de maravilla, tambièn me quedè mas tranquilo porque tenìa miedo que lanzaran todo lo que comieron, pero se la re bancaron.
Una vez en la cabina del capit*n la historia fue otra, nos dedicamos a tratar de ver a pesar de los vaivenes, pero ya m*s aliviado. En realidad el avistaje tuvo una efectividad de un 60% con respecto al que hicimos hace tiempo que fue en el mes de octubre, la duraciòn fue de una hora (la prometida es 1 h y media). Quien estaba ambient*ndose sentado mirando al mar tomando una Coca en el bar, no era nada menos que nuestro Capit*n Guìa Ballenero.
El capit*n habìa instruìdo al secretario que anote 40 pasajeros y no 70 como es la capacidad total del "Odin", todo para tener mejor maniobrabilidad debido al oleaje (esa suerte tuvimos tambièn para tener espacio para la silla). Cuando hicimos contacto con los bichos estuvimos un rato vièndolas bien de cerca y siendo enseñados de sus h*bitos y vida. Dicho por el propio capit*n: "Bueno volvamos porque todavìa me queda otro avistaje, si no no me alcanza la luz del dìa". Nadie reclamò nada porque quien avisa no traiciona, y todos fuimos còmplices de navegar menos tiempo por los condicionamientos clim*ticos, nadie se habìa pegado la vuelta para dejar de aventurarse a lo que disfrutamos. Los chicos estaban fascinados por las ballenas, para mì la aventura fue otra de mayor adrenalina como es conducir a la familia y que todo saliera bien (porque viajamos esecialmente para este avistaje y hubiese sido feo no poderlo haber hecho).
Ahora sì volvimos muy conformes, cada uno guardando los mismos momentos, sin embargo distintas impresiones. Muchos comentarios hasta el dìa de hoy. Llegamos al nido.
El viernes quisimos volver a verlas desde la playa, pero estaba el camino de ripio cortado, nos dijo el agente vial: "Ayer entraron transitando sobre el barro congelado sin problemas, pero al retirarse el barro se derritiò durante el dìa y hubo que sacar con m*quinas 50 autos encajados"(el dìa que nos embarcamos en Pir*mides).
-¿Y como cree que estar* mañana?
-El pronòstico dice que sigue lluvia.
Nos fuimos a Gaiman a tratar de ubicar al viejo galès. Comimos en Trelew, paseamos en Gaiman y luego encaramos al campo.
Estaban arruinados los caminos y tuvimos que dar la vuelta para no pasarla mal. Llamè al telèfono que tenìa pero era un celular que no tenìa señal, a veces llamaba, despuès daba contestador. Preguntè en los boliches de la zona y nadie me dio noticias del viejo.
El s*bado hicimos el intento de ir a verlas otra vez desde la playa, el camino estaba habilitado y entramos 15 kms, habìa pocas. El viento gèlido frontal desde el mar hizo que no valiera la pena, tomamos un termo de mate y las miramos desde arriba en el auto. "V*monos a la ******", dije; a mitad de camino se armò una tormenta que bendije la hora de haber decidido irnos, sobre todo porque estaba habilitado el camino pero muy movido. Ese dìa fue puro shoping y mirarlas desde la playa urbana de Madryn, luego empezar a desarmar el circo para el domingo a las 10 retirarnos de la casa.
El domingo amaneciò feo, mientras cargaba los bolsos comenzò a nevar, partimos y al subir el camino estaba helado en algunas partes. Le habìa avisado a la sra de la casa que si estaba fea la cosa volverìamos. Averigùè en la estacion de servicio de la RN3 y me dio *nimo el playero, diciendo que un viajero que venìa del norte le dijo que las condiciones estaban mejores de donde venìa. Allì al cargar nafta me enterè que Pir*mides cerrò despuès que avistamos ballenas y no habìa vuelto a abrir.
En conclusiòn: parece una frase hecha, pero damos fe que la patagonia en invierno es brava. Esos dìas mas aùn, porque hacìa mucho tiempo que no habìa registros de nevadas en el litoral marìtimo.
Pudimos pasarla bien y decir que de pedo hicimos las excursiones de avistaje (playa y barco).
Para nosotros una aventura extrema, aunque tengo lìmites de hasta donde llevo a la flia, siempre asesor*ndome y escuchando consejos. Y si habìa que parar por ahì, que no nos tocò, lo hubièsemos hecho sin dudar, o volver a la casa. Muy satisfecho y contento de haber podido cumplir el objetivo para el que viajamos. Ahora entiendo el porquè de “temporada baja” de ballenas: no porque no estèn sino por los condicionamientos clim*ticos.
Conocimos La Patagonia con un condimento distinto al cl*sico conocido.
Te mando algunas fotos para que recuerdes y compares con el otro viaje que hicimos. Saludos a todos, un beso enorme, y sDq pronto estaremos por all*.